CAPITULO IV
Megumi paso un rato a visitar a Mikie, a su casa. Ambas crecieron juntas y hicieron muy amigas desde niñas, pero cuando Megumi se hizo atleta famosa por ganar una medalla olímpica, se alejó un poco del grupo a causa de los entrenamientos. Ahora esta casada y se asentado en su pueblo de nacimiento. Y la amistad con Mikie sigue ahí, aunque con muchas disputas.
No esta del todo de acuerdo que su amiga deje sola tanto tiempo a su pequeña. Está preocupada por Pinke, cada vez es más el tiempo que Mikie pasa fuera de casa y le comenta al respecto.
Pero Mikie, no le gusta que le digan que hacer y menos sobre el tema de su hija, se enfada monumentalmente. Está cansada de que, la gente local, le diga cómo tiene que cuidar de Pinke. Nadie entiende que, así es, cómo puede darle techo y comida a su hija y que JAMÁS la ha abandonado, ni lo piensa hacer.
Megumi explota, es injusto que se enfade con ella cuando es la única persona, en todo el pueblo, que la entiende y apoya, aun cuando cree que es una locura su modo de vida. Megumi es la que más se ocupa de Pinke, cuando su ella no está, y lo seguirá haciendo encantada, por que adora a la niña, pero eso no quiere decir que este de acuerdo con Mikie.
Megumi no tolera trato tan irrespetuoso y desagradecido y sale corriendo de la casa, con el demonio por dentro, del enfado que lleva. Mikie sabe que la ha cagado y va tras ella para pedirle disculpas, sabe perfectamente que le debe mucho y además, en secreto le admira un montón, por lograr todo lo que tiene sola en medio de un pueblo, donde las mujeres siguen siendo vista frágiles y dependientes según las tradiciones.
Megumi acepta las disculpas, pero sigue enfadada, se va. Mikie que también queda cabreada, se quiebra y se echa a llorar a mar tendido. Quisiera llevar a Pinkie con ella, pero sabe que eso sería peor, tampoco puede dejar de viajar porque así es como puede ganarse la vida y seguir pagando una casa y educación a la pequeña.
Mientras tanto, Pinke está contenta porque puede ir a celebrar en la montaña el Festival de la Nieve. Ambas la pasan de lujo practicando sus deportes de riesgo favoritos, pasando el rato con sus amigos, y sobre todo ellas... juntas. Mikie, con todo esto y con la discusión de Megumi, tiene mucho que pensar
Después de un largo día entre nieves, risas, y deportes extremos con su pequeña, Mikie toma una decisión.
- Pinkie, quiero que sepas que que lo mas importante para mi eres tu. Asi que voy a pasar más tiempo contigo y me gustaría intentar pasar un año entero, completamente contigo, aquí en casa, sin moverme a ningún otro lado. Quiero hacerte esa promesa, esta bien… Pinkie sonríe de felicidad.
- ¿lo prometes?
- Te lo prometo… promesa de meñique.
Yorumlar