CAPITULO XV
Leona sigue durmiendo y ya tiene mejor color.
Mientras Caleb piensa que sería buena idea ir llamando a la agencia de viajes para ir pedir los boletos de regreso. En eso suena el timbre de casa. Con el diluvio, que caía, quien podría ser…
Pinkie estaba en la entrada de la casa. Todos en el parque, después de ver correr a Cobain, quedaron muy confusos y pensaron en lo rarito que era el niño. Ella, mucho sabía, de que la tomaran por rara, y decidió ir a verle y averiguar que le había pasado.
- Buenas tardes señor, quería saber si podría ver a Cobain y saber si ya está mejor. En el parque nos pareció molesto, solo quiero saber si está bien.
Caleb asintió y la invito a pasar; la pobre nena se echó una buena empapada y aun así vino a ver a Cobain, “vaya!” pensó. Ya adentro llamó a Cobain, para que bajara.
Pinkie estaba nerviosa, por haber venido sola y porque, ese señor, tenía algo que le ponía los nervios de punta, aun cuando parecía bástate majo. Le daba como miedo… así que empezó hablar de lo primero que se le ocurrió intentando romper el hilo y rogando para que Cobain bajara pronto o que la tierra la tragara… lo que ocurriera primero.
Caleb, al ver aparecer a Cobain, salió hacia el salón para darles “privacidad” Sin antes decir: - Puedes quedarte el tiempo que quieras, con esta lluvia prefiero que estén aquí adentro, y no afuera…
Cobain estaba un poco confuso, no se esperaba ver a Pinkie ahí. Eso le alegro, le gustaba hablar con ella, parecía tenían los mismos gustos más que con los otros chicos. Además, siempre estaba contenta.
Estuvieron un buen rato charlando y Pinkie le comentó que al siguiente día se celebraría el Festival de la nieve y que estaba muy emocionada por ello, le preguntó si iría a verlo. Cobain alzo los hombros como resignado y le dijo que su padre no le dejaba salir de casa, más allá del parque.
Pinkie, muy inocentemente, le pregunto si tenía algo que ver con lo que habían estado hablando en el parque, de que su papá estuviese preocupado de que hubiese un asesino o un demonio suelto…
Cobain que aun tenia los sentimientos a flor de piel, explotó:
- PORQUE SIEGUEN HABLANDOME DE ESO!!!!
Cobain siguió vociferando y balbuceando todo tipo de palabrotas.
- ¡¡COBAIN!! - Escuchó a su padre, quien se había acercado a ver que estaba pasando.
Cobain dio un salto enojado y se fue sin decir más nada de la rabieta que tenia.
Pinkie no entendía nada, ella, una chica que siempre reía se puso muy triste. ¿¡Que había hecho mal!?
Caleb se acercó e intervino, se sentía avergonzado con lo que acababa de ver y sintió pena por la chica. Ella estaba preocupada por Cobain y este le salió con semejante grosería, era intolerable. - Te pido disculpas, Cobain está muy estresado. Parece que nada, en estas vacaciones, ha salido como lo planeamos, su madre se encuentra mala y tenemos que regresar antes de lo previsto. Esto, a el, no le ha caído muy a gusto. Estaremos un par de días más, te invito a comer y pasar un día completo aquí. Se que a Cobain le vendrá bien.
- ¿Puedo traer a mi madre? - puedes traer a quien tu quieras… ¿quieres algo ahora mismo?
- No, mejor me voy a casa. Voy a decirle a mi mamá.
Pinkie salió bastante triste, ella solo quería hacer sentir bien a Cobain. A demás, el ni se fijó en su nuevo peinado.
Caleb quedo bastante enfadado, al parecer tendría otra charlita con su hijo.
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