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EL DESPERTAR



CAPITULO XVI




Pinkie llego a casa entre triste y enfadada, contaba a su madre todo lo que había sucedido, desde la charla en el parque hasta su pequeño desaire, por Cobain.


- Me ha gritado!! Como si yo tuviera la culpa – contaba - yo soy la que menos gusta de tocar eso temas locos y él se enfada conmigo, porque no se molesto con Miku que es la va contando historias loca. NO… la que se lleva el enfado soy yo. No se ni para que fui.

- Bueno, si de verdad, su madre, esta enferma, hay motivos para que se sienta mal, ya te ha dicho su padre, que está muy estresado y sobre todo enfadado porque se le torcieron todas las vacaciones, no era el momento mi reina.



- Yo solo quería hacerle sentir mejor, le invite para que viniera al Festival de la Nieve con nosotros, pero me dijo que su papá no le dejaría, tampoco me parece justo… ¿Por qué no le va dejar ir?

- Porque lo que ha pasado en el Pub es muy grave Pinkie, y siendo extranjeros, es normal que lo primero que piense es marcharse a casa y sentirse a salvo. Entonces que vas hacer, lo olvidamos y pasas página como un chico más que has conocido o aceptamos la invitación que nos hizo su papá. He estado investigado y me he encontrado que el tal Caleb Batori, es un chef súper conocido con estrellas Michelin y todo, ¿sabias eso?


- ¡¡Yo quiero ir al festival!! - dice tajante Pinkie y termina con un tono más desanimado - pero también quiero ir con Cobain.

- Pues las dos cosas no la puedes tener, Te toca decidir.

- ¡¡Ya se!!… Mami y si vamos mañana a su casa y tu hablas con su papa para que le deje venir con nosotras.


- En que lio me vas a meter Pinkie. Si su padre no lo quiere dejar ir es porque no se fía de los extraños

- Pero si hablas con él... ¡¡ya no eres una extraña!! - dice Pinkie, como si fuese lo mas lógico del mudo. Podemos traer también a Nanoko el conoce la montaña y la pista mejor que nadie… andaaaa... por fis, por fis, por fis, por fis....

- Y si dice que no…


- Tú le convences para que diga que SI - a Mikie no le queda más que aceptar, si eso hace feliz a Pinkie, ella lo intentara.

Mikie se sentía muy encerrada en casa, le hacía mucha falta viajar y sobre todo sentía que estaba perdiendo el "engagement" en sus redes sociales, lo que la ponía muy ansiosa. Pero ver a Pinkie, feliz y sonreír, lo valía todo. Tenía que buscar el modo de seguir moviendo sus redes sin tener que irse de casa, sino perdería todos sus "followers" y era algo que no podía permitirse, así era como se ganaba el pan.



Mientras tanto esa misma noche, lejos de ahí



Lilith, estaba en su casa, con sus dos niñas; una noche normal es su nueva faceta de madre. Agnes practicaba con el piano, mientras ella y su nueva pequeña charlaban y escuchaban la melodía.


Todo iba de maravillas, hasta que lo sintió; sintió la llamada y pensó: “ha despertado”.


Lilith no podía ignorarlo, aunque quisiera, no podía, estaba atada a esa orden. Dejo a las niñas, con la niñera, y salió a toda prisa. Si se tardaba, seguro se enojaría…



Entro al castillo, estaba un poco nerviosa, para que mentir, siempre estaba nerviosa cuando venía a verle.



¿Por qué no llama directamente a Caleb? - pensaba un poco molesta.

Se mantuvo un momento antes de entrar, quería verse lo más calmada posible ante él, hasta que por fin entro al gran salón.


Ahí estaba, sentado en su butaca, viendo el escenario, acababa de alimentarse y aun así parecía molesto. ¿Le parecía que Lilith había tardado mucho?. Con él, nunca se sabía con exactitud.

Lilith espero ahí hasta que le dijera algo, se tomó su tiempo, hasta que por fin habló.


- Tu también deberías alimentarte, vas a mostrarme todo lo que ha sucedido mientras dormía.



 


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