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Nina Canela

EL TEMPLO PERDIDO



CAPITULO XII




Caleb llega al sitio donde se supone, sintió a Leona. Un lugar bastante apartado y escondido de la montaña. Había una especie de templo solitario, Caleb se fue corriendo hasta el templo. Ya pasado el arco se detuvo en seco, quería estar seguro, había sentido a Leona, pero también había sentido a alguien más…


Todo resultaba muy extraño, Leona estaba ahí, estaba segurísimo de ello, sola, no lograba detectar a nadie aun cuando podía sentir todavía, como una huella, de aquella presencia

Caleb miro a todos lados, al ser un vampiro, miedo no sentía, pero estaba muy intranquilo, nada en aquel lugar le daba buenas vibraciones. Comenzó andar lento, con todos sus sentidos al 100 por ciento, no podía bajar la guardia, sobre todo porque no sabía a quién o que podría encontrar.


Al llegar a lo alto del edificio la vio, estaba ahí abajo, tirada en el piso, totalmente inerte sobre la nieve. Caleb no se contuvo y bajo lo más rápido que pudo, una vez más, se detuvo de golpe al ver lo que estaba dibujado en la nieve.


Observo una especie de… señal mágica. Estaba perfectamente dibujada en el lugar.

Caleb no era mago, tampoco tenía dotes mágicas, pero al ser una criatura sobrenatural era bastante sensible a las vibraciones y sensaciones mágicas y ese dibujo apestaba a magia. Habían hecho un ritual ahí, no tenía ni idea de que y lo peor, es que Leona, estaba ahí en el medio de todo… aparentemente abandonada.


- ¿Qué han hecho contigo?

Caleb había leído y visto muchos libros sobre runas y rituales mágicos, incluso había presenciado más de uno en algunos años de su no-vida, pero lo que presenciaba ahí no lo había visto nunca. Quería acercarse a Leona, pero temía que al entrar a lo que parecía una runa mágica, levantara alguna magia, o la rompiera, y terminara empeorando la situación. No tenía manera alguna para saber si había algún hechizo activo o no.

Miraba a todos lados buscando algo que le pudiera dar una pista, alguna señal conocida, pero no veía nada. Lo que si podía confirmar era que, en el sitio, solo estaban él y Leona. Caleb estaba muy cabreado, le jodia no saber nada. Se sentía muy frustrado. Coge su móvil y comenzó a tomar fotos de lo que estaba viendo. No hacía nada sacando a Leona de ahí sin saber a plenitud que ocurría. Tenía que averiguar que le habían hecho.


Ya con las fotos en su móvil, quería asegurase de que podía sentir algún residuo de magia, quería observar bien el dibujo, estar lo más seguro posible de que no traería consecuencias si lo pisaba, ya tenía bastante para buscarse más problemas. Incluso pensó que podría tratarse de una trampa.



Puso una mano en el suelo y la dejo ahí un rato, no parecía haber nada inusual mas que lo que veían sus ojos. Seguía sintiendo un halo de magia, pero nada que le dijera que estaba activa. Todo parecía “seguro” para acercarse. Aun así, tomo precauciones y decidió moverse por el diagrama lo menos posible.


Ahí, al llegar justo a su lado Caleb se desplomo ahí mismo, le dolía el alma. Como era posible haber llegado a ese punto cuando hace unos días todo estaba bien. Se sentía demasiado culpable y miserable. Era culpa de él, todo era culpa de él.


Por supuesto, Leona no respiraba, eso no le preocupaba, ella era un vampiro, le preocupaba más lo que no se veía… - ¿Qué te han hecho? Se puso, como loco, a revisar en el cuerpo de Leo, en busca de alguna marca, alguna herida, si le habían quitado algún órgano… cualquier cosa. Todo estaba bien, no tenía ni un solo rasguño, tenía sangre, aunque por lo seca que estaba, parecían “las sobras” de lo que ella había bebido.


Caleb la coloco de nuevo en el piso con suavidad, Necesitaba "revivir" a Leona, necesitaba sangre. Tomo un poco de su brazo, pero esta vez no iba a cagarla. Con un par de gotas eran mas que suficiente para hacerla volver. Esperaba con todas sus fuerzas que así fuera…


Ya estaba hecho, ahora tocaba esperar. Justo ahí se dio cuenta del objeto que tenía al frente, en el centro de todo. No sabía decir si se trataba de alguna urna o una simple vasija.

Caleb se levantó a observarla con cuidado, era una vasija tan común. ¿por que estaba ahí?, no lo sabía, lo que si sabía con toda seguridad es que toda la magia y mala vibra del sitio provenía de ahí. Le daba un mal rollo, todo aquello, que era difícil explicar, había algo muy oscuro, algo muy maligno. Estaba nervioso, si había un sitio en el que no quería estar era ahí mismo.


Algo en esa cosa le llamaba mucho la atención, como si una fuerza le estuviese llamando...

Un pequeño gemido le hizo espabilar. Las gotitas de sangre parecían haber hecho efecto. Leona empezaba a reaccionar. A Caleb le volvió “la vida”, en todos los años que tenía como un no-muerto, jamás se había sentido tan vivo como en ese instante. Pero antes de celebrar, había algo importante que hacer… Volvió a coger su teléfono y saco otra foto a la vasija. Había que investigar todo.


Era hora de largarse de ahí. Cogió a Leona y la puso sobre su espalda, estaba listo para salir a toda flecha y no volver a ese lugar jamás.


Aunque algo le decía que acaba de empezar un largo camino con todo lo esto….





 


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