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Nina Canela

AYUDAME


CAPITULO VIII


- No puedes seguir así, por una vez en tu vida, déjate ayudar, Leona. - Ayúdame… por favor.


Caleb le explica por fin lo que ocurre;


- estás sufriendo la transformación definitiva, y más dolorosa del vampirismo, la ansiedad que tienes no es más que la sed loca por alimentarte, tu cuerpo y todo tu ser te lo pide a gritos, necesitas sangre.


Lo adecuado, seria buscar una victima, normalita y enseñar a Leona como alimentarse, ¿pero que se le ocurre al señor vampiro?. Pues darle de su propia sangre a su chiquilla que esta en el limite de perder el control.


Y por supuesto, hay que decirlo, no fue, para nada, la idea más maravillosa de Caleb. Se confió de que su chiquilla, lo controlaría, como venia haciéndolo estos años desde que la convirtió.


Leona, coge el brazo de Caleb como si se tratase de un dulce, no lo controla, solo quería beber y beber. Con cada sorbo se sentía más fuerte. Era tan placentero, tan orgásmico, que no podía parar. Caleb empezó a notarlo, tenía que para ya. - Leona… detente… para ya….


Muy tarde, ya estaba hecho, Leona había cambiado, estaba fuera de sí y ya no había manera de detenerla, quería más, e iba a por más. No iba a soltar ese dulce.


Caleb cae inconsciente, lo había dejado seco!… el no se había alimentado bien desde hacia amos como era debido y lo pago caro. El asunto se le fue de las manos. Lo peor, es que Leona no estaba satisfecha quería más y, su olfato le decía que, había mucha más sangre fresca para beber.

Con Caleb en el piso, inconsciente…. ¿ahora quien detiene a Leona?




 


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