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LA LEYENDA DEL PUERTO GELIDO



CAPITULO VII




Leona seguía sintiéndose cada vez más incómoda, y poco le apetecía salir de casa. Era horrible, salió de su casa para irse a encerrar en otra casa. Además que sentía estaba aguando la fiesta a los chicos. Sobre todo a su niño, que estaba se subía por las paredes cuando estaba en casa, quería volver a la montaña, explorarla. Le dijo a su padre si hoy podían ir de nuevo, por que estaba muriendo de aburrimiento.


Caleb acepto, pero esta vez irían ellos dos solos porque mamá estaba mala. le dijo que debería bajar y preguntar si necesitaba algo y sobre todo que le diera un beso. Cobain se sorprendió, había visto a su mamá bastante contenta, y no imagino que estuviese pasándola mal, el baja corriendo.



- ¿Estás bien mami? ¿quieres que nos quedemos aquí contigo para hacerte compañía?.


Leona se levantó a darle un abrazo, para tranquilizarle, y darle una miradita de esas a Caleb, esto era justo lo que no quería, que el niño se preocupara por nada.

- Estoy bien, Coco, solo que no estoy acostumbrada a tanta adrenalina como ustedes, prefiero quedarme aquí en casa y terminar unos encargos que terminar, recuerda que yo sigo trabajando aun estando fuera de casa. Míralo por el lado bueno, vas aprovechar el día para estar a solas y tu diviértete con tu papa.

Caleb aprovecho para recordarle que si pasaba cualquier cosas, le llamara, que el vendría volando, literalmente. Le planta un beso, antes de irse, cosa que a Cobain no le terminaba de agradar mucho ver sus padres con sus cosas y afectos amorosos y pone cara de asco.

Ya en la montaña, Cobain se siente mucho mejor y contento. Le daba un poco de pena dejar a su madre en casa mientras el la pasa genial, pero al mismo tiempo estaba bastante emocionado por estar a solas con su papa. Aprovecho el momento para soltar la pregunta que siempre había tenido y no terminaba de comprender:

- Papa... ¿De verdad soy un vampiro? Cobain veía a su padre hacer cosas que, evidentemente, él no podía y aunque su padre, su madre y amigos le decían que era un vampiro, él no se sentía así para nada. Caleb sabía que era una conversación que no podía esquivar, de hecho, era una buena ocasión y un lugar perfecto para tenerla. Cobain ya era lo suficientemente grande para empezar a entender y aprender quien era.


- Sí, todo apunta a que eres un vampiro, uno muy especial, de hecho. Tu eres lo que nosotros los "cainitas" llamamos “un Hijo del Puerto Gélido” - ¿Y eso, que se supone que es?

- Bueno, nosotros los vampiros, para convertirnos en lo que somos, debemos morir, es nuestra naturaleza, somos no-muertos. En cambio tu, estas vivo, has nacido del vientre de tu madre, cuando era humana todavía. Hay quien dirá que eres un medio-vampiro, mientras hay otros que creen, eres lo mas puro que puede llegar a ser alguien de nuestra especie.


- entonces... no soy igual que tu.


- No eres diferente a mí, lo único es que tendrás más ventajas que yo… supongo. Dicen que estos hijos aprenden más fácil y que no tienen tantas debilidades como nosotros. por ejemplo: es posible que la luz solar no te afecte tanto como a otros vampiros, comer comida normal... Tendrás los beneficios de alguien que sigue estando vivo. - Pero papa, a ti tampoco te hace daño el sol...

- Bueno, eso es porque yo conozco un truco para que no me haga daño, sin embargo, eso no quiere decir que el calor extremo termine por hacerme arder. - ¿vas a enseñarme ese truco? - Voy a enseñarte todos los trucos que quieras, aunque dude que necesites aprender justo ese de protegerte del sol. Eso si, debes saber que yo tardé unos 400 años mas o menos para aprenderlos todos. -Buaaa… eso es demasiado. A Caleb le dio risa el “es demasiado”, Cobain todavía no comprendía los tiempos de la no-vida de un vampiro. Igual que todos los niños, no veía el momento de crecer y hacer de todo de un vez.


- Sabes, existe una leyenda muy antigua. Supuestamente hay una profecía que habla de estos hijos, “La Tiranía del Sol”, según dice, uno de estos hijos purgará de forma permanente al mundo de la luz solar para que así los vampiros puedan vagar sin obstáculos por el mundo. - Y... Es verdad eso? - hmm.. es una profecía, un cuento muy antiguo, incluso tu abuelo, Aemon, que tiene un par de siglos vagando por este mundo, dice que se trata de un cuento de viejas. - pero, si el sol hace daño a los vampiros, ¿no seria bueno eso?… podrían hacer estas cosas, como nosotros.

- Pues eso depende de la perspectiva, hijo. Yo no creo que sea una buena idea en absoluto.

- ¿entonces los vampiros si son malos? - es como todo, Cobain, hay gente buena y gente mala, con los vampiros pasa lo mismo. Lo que no debes olvidar es que somos depredadores, muchas veces sin querer serlo. Nuestra gran debilidad es la sed que se va desarrollando, poco a poco, para alimentarnos. Tenemos que aprender a controlarla o esa bestia que llevamos adentro, o ella termina dominando nos a nosotros. Esa es nuestra batalla eterna, por eso, somo peligrosos. Podríamos matar a alguien sin ni siquiera desearlo.


- ¿Tú has bebido la sangre de otros? ¿has matado a alguien papa?

Caleb titubeó un poco, sopeso que tan sincero debía ser, pero al final lo soltó, si iba hablar de esto lo iba hablar bien. - Sí - dice con pesar - decir que nunca vas a lastimar a alguien, es mentirte, lo harás Cobain, todos hemos pasado por ahí… lo que te hará diferente es el camino que elijas. Yo elegí no seguir atacando a desconocidos para alimentarme, prefiero no hacerlo cuando hay alternativas mejores. En su momento lo planteé, a la Camarilla, se puede vivir sin tener que robarle la sangre a nadie, pero ,a ellos, nunca les han gustado mis ideas pacifistas.

Cobain iba encantado de la vida, era la primera vez que tenía una charla, tan profunda con su padre.

- ¿Es por eso que casi no hablas con mi abuelo Aemon? - Tu abuelo y yo, tenemos una perspectiva muy diferente de lo que es ser un vampiro… pero eso es otra historia, además, ahora mismo esta durmiendo.


Cobain iba mas contento aun que a principio, era la primera vez que tenía una charla así tan profunda con su padre. De hecho, casi nunca lo había escuchado hablar tan abiertamente sobre vampiros y estas cosas. Estaba feliz de haber venido y pasar el día juntos.

- Entonces voy a ser un vampiro más fuerte que tú - Le espeto Cobain a su padre como si se hubiese dispuesto a competir por eso. - Sí, es muy posiblemente… pero vas a tener que entrenar mucho para superarme, no creas que te la voy a poner fácil ni mucho menos, jovencito.

Cobain paro la marcha un momento y ha visto algo en el suelo. - ¿Qué haces? - pregunto Caleb curioso - Hay una huella extraña, mira... seguro es del Yeti!!

- Yeti!? ¿pero qué cosa más ridícula estas diciendo, niño? aquí no hay Yetis, no existen. Cobain le conto una de las historias que le habían contado las chicas, aseguraban que existía y estaba escondido en algún lugar de la montaña para comerse a los aventureros perdidos.

- Vale... - Caleb aguantando la risa - entonces mejor volvemos antes que se haga más tarde y salga el Yeti a comernos. Recuerda que tu madre esta sola, vamos a llevarle algo.



 


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