CAPITULO VI (Red Files)
Derek esperaba que le recibieran, como siempre llegaba mucho antes de lo acordado. Lucinde, su superior, le había mandado a llamar. Ya había estado antes en el lugar, había acudido a algunas reuniones, pero era la primera vez que la Justicar Lucinde, le convocaba ahí. No le importaba, el solo cumplía su deber, si le llamaban, él iba, sin importar a donde. .
Derek era un Alastor Rojo. Los Vampiros a los que se les confía este rango, tienen por tarea cazar a los enemigos más temidos de la Camarilla, en nombre de ésta.
No mucho tiempo después, vio a un albino que se le acercaba, de primera vista, no le conocía. Este, le hizo unas señas para que le siguiera, al parecer no hablaba, Derek le siguió.
Ahora que podía verlo más de cerca y con más precisión, lo reconoció, era un Anatema, formaba parte de la Lista Roja, tenía declarada una caza de sangre, pero, por alguna razón, lo habían quitado de la lista. Hmm…. curioso…
Derek pensó que irían a la azotea, donde solían hacerse las reuniones, del consejo, normalmente, pero no, llegaron solo al último piso, nunca había estado ahí… Otra cosa fuera de lo normal. El albino le volvió a señalar que esperara, Derek volvió a tomar asiento mientras su guía entro, a una de las oficinas, no podía ver quien estaba adentro, pero si sintió que se trataba de algún Antiguo y por supuesto, no era su jefe directo. No le podía reconocer, era la primera vez que le sentía.
El Albino una vez mas salió y le miro, Derek entendió que ya podía entrar y eso hizo.
Casi le da un paro al ver quien estaba, sentado, esperando por él, podía pensar de cualquiera, de hecho, había elaborado una lista mental rápida de los posibles Antiguos del Clan Ventrue, pero jamás se le cruzo por la cabeza, que el mismísimo Aemon Batori, le mandara a llamar y además, a solas.
Aemon era casi un mito, los jóvenes vampiros del clan, Ventrue, ni siquiera sabían de su existencia, y los que sabían, pensaban que era una especie de leyenda. Pocas veces se dejaba ver y, de hacerlo, era solo con la elite más elevada del clan, podemos entender porque Derek, se sentía totalmente descolocado, y se trataba de algo fuera del protocolo habitual. Si Aemon estaba ahí, y ahora mismo era uno de los Vampiros más antiguos, despiertos, de la Camarilla.
- Siéntate… - Derek obedeció enseguida, estaba algo nervioso, más de lo que, a el, le hubiese gustado, pero se esforzaba en no aparentarlo. Había una imagen que cuidar…
- Me han dicho que eres, algo así como, un experto en brujas, un exterminador más bien.
- Suelen darme esa clase de trabajos – Derek sabía que la afirmación era cierta, las brujas eran su “especialidad” pero no había porque ponerse chulo, no con Aemon, el seguía “tranquilo”
- Has asistido al último Consejo?
- No, no estuve en este último, estuve de Caza, pero "La Justicar" nos contó, a algunos de nosotros, lo que ocurre.
Entonces si estas al tanto de lo que lo sucede.
Derek tuvo cuidado, al elegir que decir, no quería quedar como si no le importara, un no enterado de nada, pero tampoco quería quedar como un gran conocedor del asunto, e interpretar a un listillo, buscando cuentos que no le incumbían, o peor aún... como un espía.
- Sé que hay un Hijo de Puerto Gélido, entre nosotros. También se, que ahora mismo, hay un debate sobre la aparición de un nuevo culto secreto de Lilith, hay quienes lo creen, mientras otros piensan que son tonterías.
- Y tú que crees?
“Mierda” pensó Derek, otra vez media sus palabras con sumo cuidado.
- Yo no estoy en una posición de que creer, o no creer, señor, a mí me dan una orden y yo voy y la cumplo, es mi deber investigarlo y luego transmitir mis conclusiones.
Aemon le vió unos segundos…
- Y... cuales son tus conclusiones?
- Algo está ocurriendo en el Reino Mágico, hay movimientos, dentro de sus círculos, y cada vez parecen más nerviosos y El Sabbat está más activo que nunca. No puede ser una casualidad que, justo ahora, pase todo esto al mismo tiempo.
- Las casualidades no existen, son una causa que va sumando muchos efectos. Y todos estos años han dejado acumular, muchos efectos, para una causa. Y no, no podemos confirmar que se trate realmente de un nuevo Culto de Lilith pero, no por ello, hay que descartarlo.
- Hace siglos hubo un intento por parte de estos “Baharí”, así es como solían llamarse, entre ellos, y se les dio caza y fueron exterminados y olvidados. En aquel entonces se habló de una profecía, supuestamente una de las sacerdotisas de Lilith, antes de morir, grito que llegaría el día que un hijo de puerto gélido traería la semilla para abrir el Umbral de las tinieblas y sumir este plano en la oscuridad.
- Existen millones de versiones, de esta profecía, cada quien la cuenta como le ha dado la gana, pero todas concluyen en lo mismo: un nuevo orden y la destrucción de todas nuestras tradiciones.
- Entonces la profecía de la Tiranía al Sol, es real?
- Las profecías no son más que el manual perfecto, para sumar efectos, lo único, que una profecía necesita para cumplirse, es que alguien crea en ella, y justo ahora parece hay un puñado de fanáticos perdidos que buscan cumplir esa causa.
- Fácilmente se le puede echar la culpa a los del Sabbat, pero sospecho, que me dirá que a la Camarilla también…
- Y.. a la magia… todos esos come-libros y siempre están metidos en estos cuentos.
- Bien… supongo que lo que quiere es que busque información, de ellos, entre la Camarilla y el Sabbat.
- De verdad crees que voy a perder mi tiempo para mandarte tal ridiculez. Como si no hubiese ya un montón de tarados para eso.
Derek traga saliva, y piensa, que es mejor callar y escuchar...
- Hace poco estuve en el Monte Komorebi, hay una bruja, con bastante poder ahí, tal vez una sacerdotisa, sospecho que está poseída por algún devorador de almas. Ella, como tal, no me importa, lo que si me importa y preocupa es que, por alguna razón, a logrado despertar a varios Antiguos, y peor aún, a logrado atarlos bajo su control, sino estoy equivocado, son Antiguos Tzimisce.
- Pero no se supone que el Clan Tzimisce había sido exterminado, en su mayoría, por los Tremeré y no quedaba ninguno de sus antiguos.
- En aquellos días, más bélicos, cuando los Tremeré apenas eran unos magos que comenzaban a experimentar con lo que se les conoce hoy en día. Otro grupo de magos los descubrió y comenzaron a maniobrar, contra ellos, con la ayuda de otros ocultistas. Los Tremeré ya los habían visto venir, y por supuesto se habían preparado, se desconoce como lo hicieron, pero estos magos opositores fueron derrotados también y entonces se les ocurrió aliarse con los Vampiros del Clan Tzimisce, que por supuesto buscaban vengarse.
- Supuestamente se creó una alianza secreta en contra de los Tremeré. Muchos Tzimisce no estaban de acuerdo, con esa nueva alianza, y el caos se hizo, entre ellos mismos. Los más jóvenes se esforzaron mucho para destruir a los antiguos, de su propio clan, y estos, se escondieron y se fueron hacer el Letargo con la ayuda de sus nuevos magos aliados, para ocultarlos.
- Hace dos años, vi a uno de estos antiguos, cara a cara, no despertó de manera voluntaria, lo despertaron y lograron atarlo, mágicamente, cuando lo hicieron. En consecuencia, grac,ias a este despertar, tan brusco, el Antiguo aún estaba débil, pero si se dejara que, estos, se recuperasen y consiguieran todo su poder, estando en manos de una bruja, me temo que no podríamos pararlos.
- Se sabe cuántos pueden ser? Están todos despiertos?
- Hay más, he podido verlos… si se puede decir así – Aemon se retuerce recordando las visiones que tiene después de la Diablerie – lo que no se, todavía, es cuantos son con exactitud. Está claro que después de lo que ocurrió en el Monte Komorebi vayan con más secretismo y… me estén bloqueando.
Derek entendió, por fin, para que estaba ahí, pero claro, otra vez no iba a saltar, de listillo, y decirlo, hasta que Aemon no se lo planteara oficialmente.
- De la bruja ni te preocupes, ya tengo otros buscando información, de ella, lo que quiero que hagas, es buscar a estos Antiguos y averigues cuantos son, y si, de verdad, están actuando bajo las ordenes de alguien. Lo que sabemos, de la mujer en el monto Komorebi, es poco, como para asegurar, que sea ella, la que está detrás de todo esto y seguro hay alguien más grande detrás, y ese es al que quiero encontrar.
Derek asiente. Había mucho que hacer.
- Esto no lo sabe nadie, ni siquiera, el Circulo Interno, sabe que te estoy mandando a esto. Haz lo que quieras, pero debes saber que no tendrás ningún indulto y si la cagas será tu responsabilidad, así como mantenerlo en secreto, incluso con Lucinde.
Derek vuelve a asentir, lo entendía perfectamente, tenía que hacerlo con sumo cuidado, de ello, no solo dependía su existencia, sino, también su posición dentro de la Camarilla. Con Aemon tenía asegurado un puesto, más alto, dentro de los escalones de la Camarilla. Incluso, podría llegar a ser el próximo “Justicar” de los Ventrue.
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