Habían pasado apenas un par de semanas, Angelic todavía no se acostumbraba a lo que ser su nuevo hogar, ni su nuevo mundo.
No podía quejarse, el cambio no parecía para al a primera vista, tenía una habitación más grande y para ella sola, en un castillo. Lo malo, estaba repleto de gente, uno más alborotador que otro. Al menos en su casa, solo su madre era la alborotadora.
Tocan la puerta de su habitación:
"aquí vamos otra vez" – suspira
- está abierto - dice con fastidio.
- hola, ¿así que tú eres Angelic?, eres la única que aún no he visto abajo reunida con los chicos ni una sola noche. ¿Ocurre algo?
Angelic no tiene interés, simplemente no responde.
- por cierto, Soy Emily Blum - dice la recién llegada
- Tu eres una de "Los Sabios"... no?
- Así es... suelo estar más por aquí, que en el Reino de la Magia. Me encargo de "cuidarlos" a ustedes.
- ¿qué hace una sabia visitándome directamente en mi habitación?
- bueno, como no sales de aquí me ha tocado venir a verte, y asegurarme de que está bien, cosa que vuelvo a preguntar: ¿está todo bien?, ¿algún problema con alguno de los chicos de la residencia?
- no… no pasa nada. Es solo que no conozco a nadie y aquí parece que todos se conocen desde hace años. Prefiero quedarme en mi habitación, sin molestar a nadie.
- ya veo, es normal que te sientas un poco apartada, al principio. Ellos se conocen desde que son niños, casi toda su vida han estado juntos y tu solo tienes aquí un par de semana. Lo que no es normal es que te encierres y esperes que ellos vengan a ti, o peor aún, que ellos vengan a ti y tus los rechaces. Es obvio que no se van a acercar a conocerte si tu no muestras el mismo interés por conocerlos.
- no se me da bien conocer gente nueva - Angelic que sigue cabezota, encerrada en su mundo
- pues acepta la iniciativa de ellos al intentar conocerte. Aquí todos somos iguales, Angelic. Nos une el don de la magia, es suficiente para poder encontrar alguna afinidad entre todos.
Emily ve como Angelic prefiere seguir en silencio.
- No te estoy pidiendo que hagas el mismo escándalo que alguno allá abajo, ni que de un día para otro te conviertas en la mejor amiga de todos. Entiendo que se sientas más cómoda estando sola y prefieras pasar el tiempo leyendo o pintando, pero incluso hay otros igual que tú, que intentan hacer sus cosas de manera normal pasando el tiempo en la biblioteca o los jardines.
Angelic sigue sin decir nada.
- Lo que quiero que entiendas es que aquí encerrada es normal que no logres nada. Solo inténtalo... ¿vale?
- vale – Angelic que al menos responde algo.
- si necesitas algo, conversar, pedir algún material o lo que sea, mi habitación y despacho están arriba en la otra torre. La puerta siempre está abierta.
- vale…
- espero verte en el salón en algún momento, Angelic...
- una última cosa – Emily agrega antes de terminar de salir por la puerta - al ser nueva supongo que aún no lo sabes. Abajo habrás visto hay un estante lleno de números, son paquetes que llegan y salen del castillo. Cada cierto tiempo enviamos cartas o regalos a familiares de otros planos. Si quieres comunicarte con alguien solo deja lo que quieras ahí, antes de la fecha de recogida, que está escrita en la pizarra de la cocina. Lo mismo si te envían algo, te lo dejaran ahí.
- ¿se pueden enviar cosas a otros planos?
- por supuesto, no creerás que somos unos ermitaños antisociales encerrados en un bosque mágico.
Pues Angelic casi se lo creía. Era un poco anticuado lo de enviar cartas, pero algo era algo
Emily sonríe y termina por salir, para no seguir dando la caña a la chica. No quiere que crea que la está presionando.
- te lo he dicho, es rara. Ya es mucho decir viendo las cosas que hay por aquí
- yo me preocuparía más por hacer lo que te han pedido Aeris, ya lleva semanas aquí y aun no has logrado ni acercarte a ella.
- pero si lo he intentado, es solo que ella....
- más te vale tener una excusa mejor que esa, cuando Ankar te pregunte – Emily que no acepta rodeos - Llevas tiempo pidiéndole que te dé una tarea "especial" para él, y ahora te comportas como una niña, ¿por qué es muy difícil?
La elfa refunfuña, igual que una niña.
- No pienso entrometerme más en esto Aeris, el resto queda de ti, no voy a seguir ayudándote. Así que espabila, antes de que Ankar quiera comunicarse contigo y pedir informe.
Aeris no le queda más que volver, una vez a intentarlo. No va dejar que una niñata humana le arruine su momento de gloria, Por fin Ankar, su amo, la considero en cuenta para hacer algo por él y no solo para comer.
"toc toc" - ¿se puede?
- sí, está abierta… - responde Angelic del otro lado
- ¿no te habrá regañado Emily?
- ¿por qué dices eso?, parece maja
- bueno... cuando quiere ser bien perra lo es, ya te darás cuenta
Angelic se encoge de hombros.
- Bueno, solo he venido a decirte que los chicos están celebrando el cumpleaños de Nathaniel en el bar. Yo estoy por salir, ¿por qué no vienes?
Angelic se lo piensa unos segundos, porque no, después de todo.
- de acuerdo. Solo dame tiempo y deja que me arregle.
- vale... pues te espero abajo... – Aeris feliz de que por fin haya aceptado salir con ella.
- que estamos haciendo? - pregunta Moisés después de un largo rato mirando a través de las ventanas de la habitación oscura y fría.
- ¿has venido hasta aquí, solo para preguntarme eso?
Otro largo silencio, Moisés parece que se piensa con mucho cuidado cada cosa que va a decir.
- Si. Quiero saber ¿por qué hacemos todo esto?, ¿por qué seguir esperando sentados en las sombras y no atacamos de una vez y esparcir nuestra horda de vástagos para por fin apoderarnos de todo?
- A estas alturas, ¿aun no has entendido el verdadero propósito de todo esto?
- llevamos siglos esperando la llegada de una bruja – Moisés que cada vez habla más alterado - cada vez que estamos "cerca" el plan se tuerce. Se supone teníamos todo listo para abrir la Gran Puerta a “La Señora” y mira donde hemos terminado. Ahora dependemos de un maldito niño y una vieja que ahora mismo ni siquiera su propia señora quiere escucharle. Todo por una maldita profecía.
(Risita burlona y malvada)
- Orianna tiene razón, eres muy corto de vista Moisés.
El comentario fue suficiente para terminar de sacar de quicio al Cardenal del Sabbat.
- Aquí todos van “esperando”, esperando cada uno para su propio propósito. ¿Qué estamos esperando, realmente? ¿a que terminen de despertar todos los Antediluvianos y nos devoren a todos? ¿por qué no evitar todo esto y terminar de apoderarnos de lo que merecemos desde hace tanto tiempo?
- Según tu plan, piensas sacar al mundo una horda de horror nocturno, en medio de un día soleado de verano. La Guerras no se resuelven en una noche. Necesitamos que el sol muera primero… Necesitamos que se cumpla la Tiranía al Sol.
- ¡a la mierda la maldita profecía! – totalmente fuera de si - quien dice que toda esa basura sea verdad...
- lo digo yo!! – se levanta el otro ya enojado ante tal grosería - La profecía se cumplirá, porque soy YO el que hará que se cumpla, tal como este escrito en el Libro de Nod, palabra por palabra.
- y mientras tanto soy yo el que manda a todo el Sabbat a escondidas del Regente y demás Cardenales, a perseguir a un niño y para básicamente protegerlo de que la camarilla no lo mate? En este trato el único que está perdiendo soy yo…
- estas cuestionando mis planes, Moisés
Moisés, da un paso atrás al ver que el Antiguo se levanta y se acerca a el amenazante, lentamente.
- no lo estoy cuestionando... señor.... solo quiero entender, que estamos haciendo – dice de nuevo, sumiso.
- ¿estas dudando? ¿Acaso crees que no sé qué estás buscando a Lucien a mis espaldas? Tú, patético e insignificante Vampiro, que no has podido ni siquiera encontrar a tu propio Antediluviano, ¿piensas que puedes hacerlo mejor que yo?
Moisés no dice nada, lo ha cogido con la guardia muy baja. Ya ha hablado suficiente, y sabe que le puede costar la cabeza.
- Ya veo - dice el otro – Se hará como lo hemos planeado. Esperaremos a Lilith. Ella vendrá desde su jardín sagrado, junto a sus 7 misteriosas criaturas, para destruir a cualquier Antediluviano, que se interponga. Solo así, ganaremos la YIHAD. ¿Ahora comprendes lo que estamos haciendo o tengo que volver a explicártelo?
Moisés asiente, con cuidado:
- y mientras tanto...
- y mientras tanto tú, seguirás armando mi ejército para cuando el día llegue – Le interrumpe el otro. ¿Alguna otra cosa que no comprendas, Moisés?
- no señor...
- Eso espero. Ahora lárgate. Desaparece de mi presencia, y no parezca hasta que yo te llame.
Me he dejado los ojos viendo al malo maloso 🥴
Ufffff