CAPITULO VIII
- Hasta que por fin te dignas aparecer, Ankar...
- He estado ocupado siguiendo órdenes, mi Sire
- Espero recuerdes a quien si le debes seguir lealmente las ordenes, Ankar... que tienes para mí?
- Se han ido, por fin van a empezar a dar los saltos por los portales.
- Y han dejado al crio, solo...
- Solo… aunque Aemon tiene dispuesto una cantidad respetable de ojos sobre el
- Y tu eres uno de esos ojos… te ha pedido algo más?
- No, se supone que mi trabajo esta hecho, ahora, solo voy de niñera. Pero creo que Aemon a empezado una cacería privada. Se ha visto con un Alastor Rojo, en privado.
- Y sin consultar a nadie del Circulo… jum…. Sigue igual que siempre, metiendo las narices donde no debe, sigue creyendo que debe echarse encima todos los problemas de la Camarilla para resolverlos sin ayuda de nadie y lo peor es que su arrogancia es tan grande que cree, con orgullo, que solo él puede solucionarlo. A veces tengo la sensación que, en privado, desea que caiga, de una vez por todas, el fin del mundo, solo para poder restregarnos en la cara que fue nuestra culpa por no escucharlo y obedecer.
Orina guarda silencio, repasando y calculando la información que acababa de darle Ankar.
- Quiero que sigas escuchando y viendo cada paso que de Aemon, esta claro que, ese niño es su nueva debilidad. Hace rato debió darse la orden, para eliminarlo, como siempre se ha hecho para evitar la temible Tiranía al Sol, que tanto se presagia, con estos críos. Que Aemon aun no haya dado la orden, para ello, significa que quiere mantenerlo con vida. Toca ver aun para que propósito en concreto lo quiere, pero algo me dice que la única razón es porque es hijo, nada mas y nada menos que de Caleb, el "sin Clan", su vástago traidor pero que, evidentemente, sigue siendo su favorito.
- Siempre supimos que ese Caitiff era la piedra necesaria para hacer caer al Antiguo, pero, ese traidor, terminó siendo un hueso duro de roer, terco, desconfiado y cabezota... la viva imagen hecha de Aemon, lo crió y forjó a su semejanza y le funcionó. El problema es que, esa vez, nos dimos cuenta tarde, tal vez ahora tengamos lo que necesitamos para terminar de una vez por todas con su reinado.
- Aunque se que muchos otros antiguos Ventrues quieren la cabeza de Aemon, dudo mucho que los "Sangre Azul", dejen que otro clan tome las riendas de La Camarilla, aun sin Aemon. - Ankar se atreve hablar, interrumpiendo el monologo de Oriana.
- Todos ellos se quejan y guardan rencor pero porque crees que ninguno a movida ficha para sacarlo? le temen, claro esta, pero sobre todo, están tan cómodos y acostumbrados a seguir cada orden y capricho de Aemon que sin el, están perdido. Ninguno de ellos lo reconocerá jamás, su orgullo no se los permite, por supuesto, pero sin Aemon Vatore, nos aseguramos a, que acudan a nosotros, los Tremeré para pedir consejos. Y nosotros estaremos aquí como siempre dispuestos ha ofrecer nuestra sabiduría y por fin llevar las riendas de la Torre.
- Así que seguirás haciendo lo que él te diga, sigue su plan tal cual te lo plantee. Ahora más que nunca necesitas ese apoyo de Aemon, algo se fía de ti, por algo, te ha dejado como Príncipe sustituto hasta el próximo consejo. Tu deber es encárgate de que ese puesto sea tuyo por derecho e indefinidamente, hace siglos un Tremeré no lleva estos dominios tan grandes, así que más te vale el próximo sigas siendo tu. Y por supuesto, si es el deseo del Antiguo, sigue cuidando a ese crio como si fuera tuyo.
- Quiere que haga algo con el niño?
- El niño me tiene completamente sin cuidado, a mi solo me sirve para quitarle de una vez por todas la corona a los Ventrue.
Ankar asiente.
- Algo más que informarme?
- No, es todo lo que tengo, ahora mismo
- Has traído algo para mi?
Ankar sonríe y sale de la habitación.
“Ankar Thash, mi vástago más leal y valioso, pero, es realmente eso cierto?. Has sido, el menos ambicioso, de todos mis chiquillos, pero, si el más listo. Por años, me has traído a vagabundos, los alimentas, los limpias y los preparas para mí; cuanto tiempo tardaras en darles algo para así darme la estocada final?... como es que todavía no lo has hecho?... realmente no anhelas poder después de todo lo que conoces?. Es a ti a quien siempre he tenido que vigilar mas de cerca”
- Ven, espera ahí, por fin vas a tener la sorpresita que te hablé el otro día... - Le dice Ankar al pobre diablo.
- Y vaya sorpresa... - termina Oriana - Vas a ver que bien la pasamos...
- sshhh... ahorra energías que la noche aun empieza pequeño mío.
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