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Nina Canela

LA GOLCONDA

CAPITULO XII




Caleb llega a un Mausoleo bastante apartado de civilización alguna. A pesar de los años, que pudiera tener, está muy bien cuidado, eso si, da muy mala vibra a cualquiera que se atreva a pasear por ahí.



Caleb baja las escaleras y va directo a una trampilla secreta.


Detrás de la pared, aparece una puerta que da hacia otra habitación, en la que, si no fuera por el sarcófago y estar ubicada en medio de aquel cementerio, pudiera considerarse hasta “acogedora”.



El dueño de la estancia ni se inmuta al escuchar a Caleb, quien se acerca con confianza.


- Ja! después dicen que los vampiros no cambian… al menos ya te quitaste ese ridículo corte de pelo y ese espantoso traje rojo - dice el dueño de la estancia, mirando por fin a Caleb.


- No quiero hablar de eso…


- Por supuesto, quien va a querer recordar que vistió algo así en su vida.


- Te veo bien, Valentine


- Sí... bien viejo.


- Has decidido no ocultar tu forma oscura, tal parece.


- Y para que voy a ocultarla, así soy hermoso, me vería en un espejo para admirarme todo la vida, si pudiera. Además por aquí no viene nadie y los que vienen terminan siendo un bocadillo delicioso.


El vampiro mira a Caleb, a cambiado de aspecto incluso sigue con su cara de aspecto impasible, pero él puede ver más allá de eso, le conoce bien, sigue siendo aquel retoño lleno de inseguridades de toda la vida.


- Que quieres?… - pregunta sin titubeos


- Consejo


- Te he dado todos los consejos que sabía y al parecer no te han servido para nada. No has pensado que tal vez no sea el más adecuado para dártelos?


- Me sirvieron en su momento, porque no me van a servir ahora?


- Caleb por favor, mírame… soy un cliché andante: soy mitad murciélago, vivo en un cementerio escondido en una cripta y bebo sangre de mujeres vírgenes, que otro consejo puedo darte yo a ti que te sirva


- Supongo que ya sabes que Aemon está despierto.


- Y como no… nunca ha sido capaz de echarse una siestecita de mas de 30 años


- Tengo una chiquilla

- Jum... y te has enamorado por supuesto


- Sí, me he casado y todo…


- Típico de los jóvenes


- Y tengo un hijo…

Valentine lo mira incrédulo: - adoptado...?


- No, nacido del vientre de mi chiquilla


Valentine lo sigue mirando, hasta que termina riendo a carcajadas:


- Esta no la esperaba jajajajajajaja… ahora entiendo porque tienes esa cara de drama… un hijo propio jajajajajajajjajaja...


- Pues sí, la verdad, estaba bastante tranquilo antes de todo esto.


- Pues ahora menos entiendo que consejos buscas de mí, a mis vástagos hace tiempo los mate porque me tenían loco, no tengo ni idea sobre el tema de ser padre. Aemon es el que tiene experiencia con eso, pregúntale a el.


- Es que ese es justo mi problema… Aemon.


- Ya estamos otra vez… - se queja Valentine aburrido - ahora cual es el problema?


Caleb se queda callado, la verdad es que incluso a el le parece bastante ridículo decirlo en voz alta.


- Entonces cual es problema? - vuelve a preguntar Valentine - Hace tiempo que rompimos ese vínculo, ahora que pasa?...


- Me sigue sacando de quicio, eso es lo que pasa…


- Y a quien no!?. Desde que conozco a Aemon lo único que ha hecho es romperle las pelotas a quien este de turno, le encanta!!. Porque crees que mas de la mitad de la Camarilla quiere cargárselo?. Siempre ha sido así, lo odias… o te lo aguantas. Mirame a mí, hasta yo he sido víctima de él, me ha engañado con una palabrería extraordinaria, para al final robarme la receta de mi buen vino especial, y me ves quejándome?, ya me lo pagara algún día el bastardo, esa y muchas mas…


Valentine mira a Caleb, esta vez mas serio.

- Vuelvo a preguntar, que es lo que realmente te molesta, Caleb?


- No he podido lograrlo aun y últimamente voy peor…


- Claro que no lo has logrado, lo único que has hecho es dormir a la bestia Caleb, admirable debo decir, pero eso no significa que la controles. Y el único camino para siquiera intentar alcanzar la Golconda, es matar a la bestia por completo.


- Es por eso que hay tantas variantes y leyendas sobre ella. Nadie puede decir exactamente qué es la Golconda y mucho menos darte un manual de como llegar a ese estado de… iluminación “ulterior” al vampirismo, porque cada quien tiene su modo y técnicas. A lo mejor es verdad lo que dicen, tal vez sea solo una filosofía o un acto de fe. Puede que consigas hacerte con una voluntad de acero como lo has hecho tú, pero que haces cuando despierta ¿De verdad te aguantas y controlas estando en tu más puro frenesí?


- Entonces como haces, como haces para dominarla de verdad?


Valentine se encoge de hombros…


- Pregúntale a Aemon, lleva batallando con eso todo su existencia, y no parece que le vaya mal. Después de una Diablerie como la de aquella vez hace siglos, necesitas mucho control para no enloquecer.


Caleb, le mira y nota cierta melancolía en el Antiguo.


- Que fue lo que paso realmente aquella noche, Valentine?


- Qué noche?


- Esa noche, que dices, con el tal Isaac, la noche en que lo aniquilaron.


- Y yo que se, no me acuerdo….


- Valentine, tu estuviste ahí, hasta ese día, Aemon y tu, eran inseparables, no me vengas con que no te acuerdas.


- Caleb, ahi no hay nada nuevo que contar, acorralamos al Loco del Isaac y luego Aemon cometió Diablerie. No hay mas nada que sacar de ahi. Aemon cambio desde esa noche, como es lógico después de tal acto, dicen que las secuelas duran un tiempo determinado pero, estoy seguro que, el sigue batallando con esa alma.


- Creo, que lo ha vuelto hacer…


- Está loco!! el poder es lo que va terminar matándolo. Un día va perder el control completamente y ese día nos jodemos todos… bueno, ustedes los jóvenes.


Hay un breve silencio…


- Hoy perdí el control… bueno, casi – dice Caleb


- Y que te lo impidió?


- Leona, mi chiquilla, mi esposa...



- Vaya! - Valentin sorprendido de que alguien haya conseguido "dominar" a Caleb después de todo - que te hizo perder el control?... y por favor no me vengas otra vez con Aemon.


Caleb se levanta, respira hondo, buscando que es realmente lo que le ocurre.


- Creo que lo que me saca de quicio realmente es la culpa. ¿Siento que por mi culpa Leona y Cobain están peligro?


- Peligro de que?


- Eso es lo que no se y me vuelve loco. Antes podía saber todo, llevaba el control de todo lo que pasaba a mi alrededor, pero ahora estoy perdido, no se con que estoy peleando. Como se supone que voy a poder protegerlos sino puedo ni protegerme yo mismo de lo que llevo adentro?


- En pocas palabras, estas acojonado...


- Si, la verdad es que si, tengo miedo, tengo miedo de perderlos


Valentine vuelve a reír, pero esta vez no de burla sino como quien acaba de ver algo adorable.


- Estas tan preocupado aparentando, ser como un humano, que no has sido capaz de ver lo que tienes delante. Aemon tiene razón, tu problema siempre ha sido que le das mil vueltas a todo y no vez lo mas simple.


- Qué coño dices…


- Caleb, por favor!!, has aprendido a caminar bajo el sol, comes comida cocinada, te has enamorado y has tenido un hijo fruto de un polvo, y tu mayor preocupación ahora mismo es el miedo a perderlo todo. Me puedes explicar que hay mas humano que eso? Eres el Vampiro más humanizado que he conocido en mi larga no vida. ¿Y vienes tu a pedir consejos a mí, para guiarte a ser como un humano? o te estas burlando de mi o eres un tonto de narices?


Caleb mira el piso, reflexionando en lo que acaba de decirle, era verdad, jamás se había puesto a pensar en ello.


- En fin, has venido por un consejo… yo te voy a dar un consejo. Has lo que te de la puñetera gana, hace medio siglo llegaste aquí pidiéndome ayuda para ser libre; pues actúa como tal y deja de comerte la cabeza con tontearías. Tu problema no es Aemon, eres tu.


- Ahora si me disculpas, esta amaneciendo y yo soy de la vieja escuela, me voy a dormir. Acuérdate de cerrar bien la entrada antes de salir.




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